En muchas ocasiones se nos hace difícil entender los activos que llevan nuestros productos cosméticos. Cada vez es más habitual añadirlos a la rutina diaria de belleza, pero hay mucha confusión sobre cómo debemos utilizarlos y para qué sirve cada uno.
Los nombres de estos activos nos pueden resultar difíciles de pronunciar e incluso recordar. En esta guía quiero contarte los beneficios de los 10 activos más importantes para mí en cuanto al cuidado de la piel y qué ofrece cada uno de ellos para que tengas un poquito más claro cuál elegir e incorporar a tu rutina facial.
Vamos a ver muchos antioxidantes, ten en cuenta que la oxidación de las células es el principal proceso del envejecimiento de la piel. Al hilo de esto y antes de empezar, quiero darte el mayor consejo para cuidar tu piel. Siempre se lo digo a mis novias cuando repasamos su rutina facial o elaboramos una nueva, y no es otra cosa que utilizar un buen protector solar, para mi es el mayor producto antiedad que existe. Usado a diario, todo el año, protege tu piel del envejecimiento prematuro. Por supuesto, siempre junto a una buena rutina facial, una alimentación sana y ejercicios físico.
1. Alfahidroxiácidos o AHA
Se trata de ácidos hidrosolubles, es decir, se disuelven en agua, y su origen es vegetal, la mayor parte proceden de las frutas. Estoy segura de que habrás oído hablar del ácido glicólico, el ácido tartárico, el láctico, el azelaico, el mandélico o el málico, pues son de los más utilizados.
Y cuál es la función de estos ácidos? Pues por una parte exfolian la piel y por otra estimulan la producción de colágeno. No penséis que éstos ácidos son un exfoliante con gránulo que va exfoliando la piel por el propio movimiento de las manos contra la piel (exfoliante mecánico), si no que se aplican y van desprendiendo las células muertas de la piel con un efecto de pelado de la misma.
La exfoliación de la piel no sólo se produce en su capa más superficial (epidermis) sino también en las más profundas (dermis).
La textura de la piel mejora, se potencia la luminosidad, la producción de colágeno aumenta y la profundidad de las arrugas disminuye.
Los alfahidroxiácidos se pueden utilizar de forma regular, pero debes tener en cuenta que pueden irritar la piel, por lo que hay que incorporarlos a nuestra rutina facial de forma progresiva y empezando por las concentraciones más bajas. Siempre recomiendo utilizarlos por la noche y por supuesto durante el día, protección solar alta.
2. Betahidroxiácidos o BHA
En éste caso hablamos de ácidos liposolubles, es decir, se disuelven en aceite. Son perfectos para las pieles grasas ya que regulan la producción sebácea y limpian en profundidad hasta los poros más obstruidos.
Al igual que los AHA's, los BHA's tienen una función exfoliante, pero penetran todavía a más profundidad que éstos. También se pueden utilizar los betahidroxiácidos para tratar pieles extremadamente secas y con callosidades.
El betahidroxiácido más conocido es el ácido salicílico, cuyas propiedades antiinflamatorias y la antibacterianas lo hacen ideal para pieles con problemas de acné.
3. Retinol
El retinol es un derivado de la vitamina A. Estimula la producción natural de colágeno y ácido hialurónico, combate las arrugas, reduce el tamaño de los poros, acelera la renovación y la regeneración celular, aclara las manchas y combate la oxidación producida por los radicales libres.
Hay que tener cuidado con su utilización y de nuevo, incorporarlo de manera progresiva en nuestra rutina y en las concentraciones más bajas, ya que puede irritar la piel. Al utilizar retinol es imprescindible aplicarnos protector solar cada día, aunque ya sabes que es algo que recomiendo siempre utilicemos los activos que utilicemos.
El retinol es un activo antiedad muy potente pero también te cuento que su uso en exceso puede provocar sequedad, descamación e irritación. Hay que combinarlo con una buena crema hidratante acorde a tu tipo de piel y necesidades.
Existe una opción al retinol que tiene origen vegetal y que también me gusta mucho. Se trata del bakuchiol y se obtiene de la semilla de una planta conocida como Babchi , que proviene de Asia Oriental.
Es rico en antioxidantes, antiinflamatorio y antibacteriano, lo que crea efectos muy positivos y tiene muchos beneficios para la piel: mejora su brillo y aumenta su jugosidad, no aporta grasa, combate el acné, iguala el tono de la piel, minimiza los poros, aumenta la firmeza y elasticidad, disminuye las líneas de expresión y aporta suavidad a la piel.
El bakuchiol puede utilizarse sin ningún tipo de miedo. Y es que este no hace la piel más sensible a los rayos UV y se puede aplicar tanto por el día como por la noche.
4. Ácido Hialurónico
Aquí tenemos otro de los activos estrella para el cuidado facial que prácticamente se ha convertido en un ingrediente de culto.
El ácido hialurónico es un componente presente de forma natural en nuestras articulaciones, cartílagos y piel. Nuestro cuerpo lo produce de manera natural, pero a medida que envejecemos, dicha producción disminuye, provocando que, con el paso del tiempo, la piel pierda hidratación, elasticidad y firmeza.
Gracias a su gran capacidad para atraer y retener moléculas de agua, incluir el ácido hialurónico en nuestra rutina facial supone reducir la perdida de agua de nuestra piel. Es por eso que vamos a ver un resultado óptimo en el caso de pieles secas y deshidratadas.
Además, es un potente reductor de arrugas y cuenta con propiedades antioxidantes que protegen nuestra piel de los radicales libres.
5. Vitamina C
Es un ingrediente altamente eficaz para el cuidado de la piel con una amplia variedad de beneficios: participa activamente en la formación de colágeno, preservando la firmeza de la piel, pero también activa al instante la luminosidad de la piel y es uno de los antioxidantes más potentes. Con su uso continuado, disminuye las arrugas, las líneas de expresión y las patas de gallo, además de aportar mucha luminosidad.
Nuestro cuerpo no produce vitamina C ni tampoco es capaz de almacenarla. Es hidrosoluble, es decir, la cantidad que la piel no pueda absorber la elimina. Nuestra piel sólo puede obtenerla a través de los alimentos o con la aplicación de productos cosméticos.
Aunque es apta para todo tipo de pieles, incluidas las pieles más sensibles o secas, puede causar irritación. En pieles más sensibles es recomendable iniciar con una aplicación sólo una vez al día y aumentar de forma gradual a mañana y noche.
6. Vitamina E
La vitamina E o tocoferol también es un gran antioxidante. Se encuentra de forma natural en nuestra piel, pero puede agotarse por la exposición solar.
Protege la piel frente al daño solar y la polución. Actúa como un escudo dejando sobre la piel una barrera natural que protege la piel del envejecimiento prematuro, retrasando las líneas de expresión y las arrugas, mejorando también la textura de la piel e incluso las cicatrices y marcas del acné.
Ayuda también a incrementar la hidratación de la piel, suavizándola y, por lo tanto, es una buena aliada para las pieles secas.
Posee también acción antiinflamatoria, ayudando a calmar y regenerar pieles agredidas.
Cuando se combina con la vitamina C, además de reforzar el efecto antioxidante de ambas, ayuda también a mejorar las manchas de la piel.
7. Pantenol
O provitamina B5, tiene propiedades humectantes, calmantes y reparadoras. Actúa de barrera evitando la pérdida de agua y proporcionando hidratación en zonas localizadas.
Si notas la piel del rostro seca, deshidratada, alterada o sensible, el pantenol será un gran aliado para ti.
El pantenol nos ayudará a acelerar el proceso de regeneración de la piel en caso de irritaciones, rozaduras, descamaciones, grietas o rojeces. También es muy efectivo en pieles expuestas al sol. Además, también puede utilizarse cuando hemos sometido a nuestra piel a algún tratamiento o situación que la pueda irritar, ya sea un peeling, una depilación o un tatuaje.
8. Proteoglicanos
Los proteoglicanos son moléculas de proteína con propiedades hidratantes, reafirmantes y mejoran la estructura y elasticidad de la epidermis. Son imprescindibles por su gran capacidad de hidratación y por su efecto lifting.
Existen diferentes tipos de proteoglicanos, siendo uno de ellos el ácido hialurónico.
Hidratan la piel y mejoran la formación de fibras de colágeno, lo que ayuda a retrasar el envejecimiento, tienen un efecto antioxidante sobre la piel, favoreciendo la renovación celular, aportando luminosidad y previniendo los signos del envejecimiento. Se trata de uno de los componentes más utilizados para lograr que la piel recupere su firmeza, luminosidad y suavidad.
Aunque nuestra piel produce proteoglicanos de forma natural, utilizar productos a base de este tipo de moléculas es muy beneficioso, especialmente si tu piel empieza a mostrar signos de envejecimiento.
Se recomienda su uso a partir de los 30 años, pero como siempre, lo mejor es estudiar el estado de la piel y ver sus necesidades
9. Coenzima Q10
También conocida como ubiquinona, no sólo se trata de un anti-oxidante sino que es capaz de revertir los daños producidos por os radicales libres en la piel, aumentando su grosor y su elasticidad y reduciendo la profundidad de las arrugas.
El cuerpo produce de forma natural la coenzima Q10 (CoQ10) pero a medida que envejecemos y también con la exposición a la radiación UVA y UVB, va disminuyendo.
La coenzima Q10 estimula la producción de colágeno y elastina, mejorando la hidratación de la epidermis y ayudando a unificar el tono de la piel. Es un gran activo que protege y tratar la piel difuminando arrugas y líneas de expresión.
Y es que tiene múltiples funciones: protege gracias a su efecto antioxidante; ayuda en la producción de colágeno y elastina, lo que redunda en una piel más tersa y firme; y contribuye a la renovación celular, por lo que le dará un aspecto mas joven, sano y luminoso.
10. Resveratrol
El resveratrol es el polifenol más utilizado en la cosmética (los polifenoles son un grupo de sustancias presentes en las plantas con una alta capacidad antioxidante y con efectos positivos para tu salud). Se encuentra en la piel y en las semillas de las uvas y bayas.
Esta sustancia natural impide la oxidación celular y protege el cuerpo humano de los radicales libres, convirtiéndose así en un gran aliado a la hora de combatir los signos de la edad y a contrarrestar la formación de arrugas y la aparición de manchas en la piel.
El momento idóneo para utilizar este ingrediente es la noche ya que la luz solar anula su actividad. Además, el proceso de regeneración de la piel se produce por la noche, por lo que se aprovechan más los beneficios de la llamada molécula de la longevidad.
Otra de las propiedades del resveratrol es que estimula la formación de colágeno y elastina, por lo que su empleo a la larga proporciona más firmeza y densidad cutánea. También, mejora la luminosidad, ayuda a eliminar toxinas y combate la formación de arrugas y manchas.
Qué activos te han parecido más interesantes?
Cuál incluirías en tu rutina facial?
Un besote!
Marta
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